Wertsch, J. (1999). La intersubjetividad y la alteridad en el discurso educativo y La enseñanza recíproca en el discurso educativo. En La Mente en Acción (pp.188-217). Buenos Aires: Aique.
RESUMEN
En la sala de clases, según Wertsch
(1999), existe un discurso constante, construido a partir del
contexto de socialización misma del tipo de educación instaurado en las aulas,
que es el de la dinámica I-R-E. Esto consiste en que el docente
hace alguna pregunta, el alumno contesta y luego el profesor procede a evaluar
la respuesta del alumno. De esta manera, se rigidizan los roles entre
el profesor y el alumno en los que el último se fía y se transforma en figura
dependiente del primero para saber qué está bien y qué está mal. De este modo, se puede decir que la
manera en que está instaurada la retroalimentación durante la clase
contextualiza el discurso educativo; el alumno espera este tipo de
preguntas de examen y ser evaluado respecto a si es que su respuesta es
correcta o no según el juicio de su profesor. A través de la enseñanza
recíproca, en la que se participa entre compañeros de clase, se visibiliza que
los estudiantes también generan conocimiento, ya que ellos hacen y responden a
sus mismas preguntas en conjunto y los valida como creadores de algún saber.
Esto se relaciona con la teoría de Vygotsky mencionada en Wertsch (1999), donde
se destaca que cualquier función aparece dos veces en el desarrollo cultural,
primero en el plano social y luego en el psicológico (p.174). Desde esta
perspectiva, el docente debe validar a los estudiantes, de manera objetiva y
por lo tanto descriptiva, a través de la retroalimentación pública en la sala
de clases, como individuos capaces de crear conocimiento para que así ellos
puedan integrar este reconocimiento por y para ellos mismos.
FOCO DE LECTURA
Lo central del texto de Wertsch
(1999) es explicitar que existe un discurso específico dentro de la sala de
clases. Entonces, desde una vista pedagógica, sirve para concientizar en
el docente, en su papel de guía, que sus alumnos deben ser reconocidos en el
plano social como válidos para que así ellos se consideren como tales entre
ellos y para sí mismos, rompiendo así el esquema rígido del discurso educativo
donde el profesor es autoridad de conocimiento. Esta afirmación es importante a
tener en cuenta a la hora de planificar una clase; el foco de las actividades
debe estar en los alumnos y no en el profesor, de manera que no sea el docente
la única autoridad en lo que respecta al conocimiento.
VALORACIÓN
El texto de Wertsch (1999) se puede
asociar a distintas ramas de la educación; no sólo a la didáctica, sino también
a la evaluación, como fue señalado en el resumen del texto, y al aprendizaje y
desarrollo del adolescente, al momento que el autor menciona a Vygotsky sobre
su teoría de que el aprendizaje se construye en la socialización. De esta
manera, es un texto versátil y útil en la pedagogía, no sólo en el área de
lenguaje, puesto que el discurso educativo está presente en cada sala, en cada
asignatura. Cabe cuestionarse la durabilidad que ha tenido esta forma de
relación estudiante-profesor, debido a que parece limitar el desarrollo del
primero al no permitir la sociabilización en lo académico. La mayoría de las veces el alumno
se enfrenta a preguntas no auténticas, es decir, las que tienen una respuesta
preestablecida y que sólo le significan recordar contenidos vistos en clase,
evaluados con una retroalimentación enjuiciadora -ya sea positiva o negativa-,
según la tipología de Tunstall & Gipps (1996). Para cambiar esta
perspectiva, además de formular preguntas auténticas en las que la respuesta
individual del estudiante importe, es necesario reacomodar la manera de
evaluar; si el docente retroalimenta las respuestas de sus alumnos de manera
eficiente, es decir, describiendo explícitamente lo que
hizo bien o mal, y que se comente lo que se puede mejorar, dando pistas de cómo
(Förster, Zepeda & Núñez, 2017), va a evidenciar que el proceso cognitivo
del alumno es válido. Que el profesor pueda identificar y explicar a los demás
cómo el compañero que responde se acerca a una respuesta completa, lo reconoce
como constructor de conocimiento para los demás y para él mismo.
By Valentina Campos
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